- Por: Juan José Jiménez Yáñez
La educación es uno de los sectores de mayor influencia para el avance y progreso de una nación, en temas sociales, es la base para erradicar las desigualdades, la pobreza y el analfabetismo; de este modo al ser vista como la única herramienta que ayudará a forjar el bienestar social es preciso tener un proyecto educativo de largo plazo.
La creciente autonomía de los jóvenes en el mundo responde al producto de las profundas transformaciones culturales derivadas de la globalización y el factor internet, lo que actúa de manera expansiva debido a que este fenómeno se involucra en diferentes planos, ya sea laboral, social, familiar, etc.
En el año 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador, expidió la Ley General de Educación (abrogando la Ley General de la Infraestructura Física educativa) misma que estableció que, a través de la Nueva Escuela Mexicana, el Estado adquiere la responsabilidad de buscar y promover la equidad, la excelencia y la mejora constante en el ámbito educativo. Para alcanzar dicho objetivo, se planteó un modelo Humanista enfocado en el desarrollo integral de los educandos.
Dentro de los objetivos de la Ley General de Educación (LGE) se encuentra la promoción de alternativas educativas, como la educación abierta y a distancia, y el uso de plataformas digitales, programación educativa en televisión, y las tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digital.
Según la encuesta nacional sobre acceso y permanencia en la educación (ENAPE) 2021, durante los ciclos escolares 2020-2021 y 2021-2022, un 1.5% de la población de 3 a 29 años que se inscribió experimentó cambios en el tipo de sostenimiento de la escuela. En este proceso, el 54.1% optó por cambiar de escuela pública a privada, mientras que el 45.9% hizo la transición inversa, de escuela privada a pública. En el caso de aquellos que cambiaron de escuela pública a privada, un significativo 40.3% indicó que su principal motivación fue la búsqueda de una educación de mejor calidad.
Estos cambios en el tipo de sostenimiento de la escuela reflejan una dinámica compleja, donde las motivaciones individuales y la percepción de la calidad educativa desempeñan un papel crucial en las decisiones de la población estudiantil. El implemento del modelo humanista podría ser satisfactorio debido a que el uso de la tecnología permite adaptar el aprendizaje a las necesidades individuales de los estudiantes, se les daría la atención que cada uno necesita.
En este contexto, estamos llamados a construir juntos un entorno educativo que inspire, que fomente la curiosidad y el pensamiento crítico, y que prepare a las generaciones futuras para enfrentar los desafíos del mundo con confianza.Construyendo un sistema educativo accesible y plural aseguramos que nadie se quede fuera del progreso y estado de bienestar por el que todas y todos luchamos.
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